miércoles, abril 24, 2024
Saladillo

La Merced, a puertas abiertas con su barrio

Ruidos incesantes de los vehículos se sienten a pocos metros de altura. El puente de Circunvalación (acceso sur) sirve de techo para la celebración de las misas que imparte el padre Walter Kuhry, de la Parroquia Nuestra Señora de La Merced, quien traslada periódicamente su labor evangelizadora al barrio Mangrullo.

Allí, sin más paredes que el entorno de sus propias casas, los feligreses visten de gala con su propia fe, la humilde escenografía.

Dentro del mismo barrio, se emplaza también una capilla que depende del templo ubicado en Pasaje Costarelli 5338, instalada en un inmueble adquirido hace 17 años, remodelado poco a poquito para sumar a la tarea evangélica ya presente en el sector, una labor social que busca mitigar necesidades de esta zona de la ciudad, de difícil acceso territorial.

En especial, la infancia es la protagonista. Desayuno mediante, chicos de diferentes edades reciben apoyo escolar los días sábados por la mañana, por parte de docentes del establecimiento educativo que depende de la parroquia. Por la tarde, el juego es la excusa para compartir algunas horas de recreación y una merienda conjunta.

Complementando estas actividades, en la capilla funciona un roperito, Cáritas brinda su reconocida atención, se dictan clases de catequesis y se ofrece la misa de los sábados.

Cada iniciativa buscó extender los frutos de aquella semilla plantada hace 110 años, con la colocación de la piedra fundamental de la Parroquia. El templo nació para acompañar el crecimiento de su barrio y, fiel a su objetivo, sus puertas están abiertas para responder a las demandas de los sectores más vulnerables de su zona.

El mayor esfuerzo está concentrado en Mangrullo, una zona, con una única calle de acceso, delimitada por el río, el gran tejido del ENAPRO, circunvalación y el arroyo, y a la vez fragmentada en su interior por el Brazo Seco del Saladillo, el zanjón de Avenida del Rosario y la vía del ferrocarril. Este aislamiento territorial es un aditivo más a las condiciones económicas de los vecinos allí radicados.

Cuando la colaboración de los feligreses lo permitió, no dudaron en La Merced en invertir en un precario inmueble dentro de Mangrullo, para afianzar su labor social entre quienes más lo necesitan.

 

En La Paloma

La acción social también llegó a La Paloma. Allí, la atención se centra en los nuevos frutos de la vida: las embarazadas son apadrinadas por familias de la Parroquia, propiciando un acompañamiento y asistiendo en las necesidades que puedan resolver.

Puerta a puerta, llegan desde hace un año con una labor misionera. Y es en ese caminar de casa en casa que se encuentran con las mamás a las que se les ofrece el calor de una familia amiga.

 

La Gruta de La Merced

El 26 de octubre, la Parroquia Nuestra Señora de La Merced dejó inaugurada una gruta en el atrio del templo, con masiva presencia de fieles que acudieron a festejar la nueva ubicación de la Virgen, al alcance de los feligreses durante las 24 horas.

El espacio arquitectónico rodea a la imagen con canteros rebosantes de flores y agua. Las luces se encienden con la caída del sol para realzar a la Madre de Jesús.

La flamante construcción sirvió además para adecuar la rampa de acceso de discapacitados.

Vista desde algunos metros, la gruta embellece el exterior y conforma un espacio que se combina en perfecta armonía con este edificio de estilo gótico.

Un nuevo objetivo fue cumplido: la presencia de la Virgen La Merced quedó más cerca de la vida del barrio. Hoy, aun cuando las puertas de la iglesia se encuentran cerradas, sus seguidores son vistos detener su paso para dedicar una oración frente a la imagen de María.

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